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La falta de previsión a la hora de la confección de la obra genera que, a un año y medio de inaugurada, deba repavimentarse por segunda vez. Por el tramo circulan 10 líneas de colectivos, que en el sector de dársenas – debido a lo angosto del carril – deben circular por el mismo lugar, generando una huella en el asfalto. En función de ese desgaste, la obra debería haberse realizado con materiales de mayor resistencia, y no con la mezcla asfáltica que se utilizó (incluye piedras, brea y algo de cemento), que al poco tiempo comenzó a desgranarse, generando grandes pozos.

El año pasado el Concejo Municipal aprobó un pedido de informes de autoría de la concejala Lorena Giménez, en el que – entre otras cosas – se consultaba si nos encontrábamos frente a una falta previsión en el proyecto original de la obra, o de un incumplimiento de la empresa a cargo de la misma, y se indagaba en torno a las razones por las que se volvía a utilizar, esta vez en las refacciones, el mismo material. Nunca fue respondido.

Reiteraremos y actualizaremos aquel pedido de informes, y exigiremos al Ejecutivo Municipal cumpla con la Ordenanza que crea el Comité Municipal de Control de Obra Pública, aprobada luego de situaciones similares ocurridas tras inauguraciones de obras como las de Plaza San Martín, el pavimento de Uriburu y La Guardia, calle Sarmiento, y las cloacas en varios barrios.

Eduardo Toniolli.
Concejal peronista de Rosario.