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Una familia de los sectores populares de Rosario necesita un promedio de $27.089 para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, vestimenta, transporte, salud y educación. Esta cifra representa un 21% más que en el mes de junio de este año, cuando precisaba $22.383. De forma interanual, la suba es del 46%, ya que en Septiembre de 2017 necesitaba $ 18.687. Hoy necesita $ 8.402 más tan solo en un año.

El dato fue presentado por la diputada nacional Lucila De Ponti y el concejal Eduardo Toniolli en base a un estudio del CESO, que midió el consumo en barrios representativos como Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo. También se destacó que un hogar precisa $ 10.985 solamente para cubrir sus necesidades básicas alimentarias. Si se mide por persona, un adulto rosarino necesitó $ 3.555 para cubrir una cantidad mínima de alimentos y no caer debajo de la línea de indigencia.

Si se compara con otros indicadores sociales, queda en evidencia que el Salario Mínimo, Vital y Móvil actual cubre apenas el 39,5% del costo de vida promedio de una familia. Tampoco logran acceder plenamente los sueldos promedio de un obrero de la construcción ($20.587), un empleado de comercio ($19.003) y mucho más atrás quedan las empleadas de casas particulares ($11.054). Incluso la AUH ($1684) apenas alcanza para las necesidades alimentarias de los niños y niñas menores de 2 años.

“Este estudio pone en números una realidad que conocen y sufren día a día las familias rosarinas, que cada día tienen que hacer más sacrificios para cubrir las necesidades mínimas y cada vez les alcanza para comprar menos”, explicó De Ponti. “Nos ayuda a tomar dimensión de la brutalidad de los aumentos, tarifazos y la devaluación y cómo golpean en el bolsillo las políticas económicas de ajuste”, aseguró.

Por su parte, Toniolli destacó el fuerte deterioro y exclusión que generan estos indicadores y resaltó la necesidad de avanzar en declarar la Emergencia Social. “Si tenemos en cuenta que en Rosario hay familias de cuatro integrantes que están viviendo con dos asignaciones por hijo como único ingreso formal, y que la canasta alimentaria está en 11 mil pesos, es decir tres veces más, la pregunta es cómo hacen esas familias no ya para transportarse o vestirse, sino exclusivamente para comer”.

“Por eso estamos reclamando la emergencia alimentaria: todo lo que un niño o niña no incorpora de nutrientes en los primeros años de vida, lo sufre en falta de desarrollo a posteriori. Tenemos en claro que la situación de fondo no la vamos a resolver con una o mil iniciativas cómo estas: el enfriamiento de la economía, la desocupación, el achicamiento del mercado interno, los va a resolver el pueblo argentino con su voto el año que viene. Pero mientras tanto hay que dar respuesta al hambre más urgente”, finalizó.