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El Observatorio Socialdel Transporte salió nuevamente a la calle a realizar una de sus habituales mediciones de frecuencias – entre otros indicadores de calidad del servicio de colectivos -, y uno de sus integrantes, el concejal Eduardo Toniolli, detalló los resultados y reflexionó sobre los cambios que se avecinan en el transporte urbano de pasajeros de Rosario.
 
«Realizamos mediciones el miércoles 13 de septiembre de 13 a 18 horas, en tres esquinas de la ciudad de Rosario por las que pasan 51 líneas de colectivo, el 88% del parque teórico de las unidades del sistema», indicó el edil, agregó que «los números dan cuenta de un desfasaje entre lo que exigen las grillas de frecuencias y el pliego vigente, por un lado, y la realidad efectiva por el otro, básicamente porque el Municipio abandonó toda política de control y de penalización ante incumplimientos de las empresas», y concluyó: «lo paradójico es que la empresa que arroja los peores indicadores en todas nuestras mediciones, Rosario Bus, ha sido premiada con un paquete de líneas del nuevo pliego».
 
Frecuencias y regularidad.
 
Con respecto a las frecuencias el informe del Observatorio arrojó un promedio de 13,5 minutos en horario pico, «lejanos a los 10 minutos que la titular del Ente de la Movilidad anunció como promedio del sistema», señaló Toniolli, y agregó que «de las líneas medidas nos encontramos con 15 que tienen frecuencias promedios de entre 14 y 34 minutos, y – producto de la falta de regularidad – baches de entre 28 y 66 minutos». El informe aclara que, como agravante, ninguna de las líneas analizadas corresponden a rondas o servicios barriales, que tienen una frecuencia aún menor.
 
Asimismo, el edil informó que además de los faltantes habituales de unidades con los que se encuentran al comparar los horarios de la grilla oficial con la realidad, en esta ocasión encontraron un faltante extra de 15 unidades al comparar las mismas líneas en la grilla del año 2016 con la del 2017, siendo 12 de ellas de la empresa Rosario Bus: «esto confirma lo que venimos denunciando: los números oficiales indican que el sistema ha perdido 40% de kilómetros recorridos en los últimos 20 años, producto del retiro progresivo de unidades, que a veces se blanquean en la grilla y otras se retacean sin anunciarlo».
 
Coches adaptados y velocidad comercial.
 
Con respecto a las unidades adaptadas para personas con movilidad restringida (que según el pliego vigente para el 2015 debían llegar al 50% del parque automotor de cada empresa), señaló que «La Mixta y la Semtur tienen, respectivamente, el 73 y el 77% de la flota con esas condiciones», mientras Rosario Bus «sólo llega al 30% de coches con piso bajo, y distribuidos irregularmente por cada línea, lo que genera que haya varias que no cuentan con ningún colectivo adaptado».
 
Asimismo, el vocero del Observatorio reseñó los resultados del muestreo permanente de velocidad comercial promedio del transporte urbano, que arrojó 14,38 km/h para el período que va del 1 de enero al 31 de agosto; y del muestreo de velocidad efectiva promedio (que se calcula sumándole a la velocidad comercial el tiempo de espera en parada), que dio por resultado 10,47 km/h , «muy inferior a la velocidad de 15 km/h comúnmente aceptada a nivel internacional para los desplazamientos en bicicletas en entorno urbano».
 
Pliego versus realidad.
 
A manera de conclusión, Toniolli afirmó que «la desmejora en los parámetros de frecuencia y regularidad en varias de las líneas analizadas, es adjudicable en parte a la disminución de unidades con respecto al mismo período del 2016, y a la mayor congestión en circulación y paradas, como consecuencia de las modificaciones de recorrido en el microcentro a principio de este año»; y en parte – agregó – «a la falta de control y penalización a las empresas incumplidoras por parte del Ejecutivo».
 
«El incumplimiento de las frecuencias oficiales, los enormes ‘baches’ de tiempo entre unidades, y la falta de coches adaptados, son típicos resultados de una gestión que ya no saca inspectores sistemáticamente a la calle, pero tampoco usa los registros de los GPS para ejercer un control efectivo», planteó el edil, y remató: «así es imposible que un pliego, por mejor redactado que esté, redunde en un buen sistema de transporte».